jueves, 8 de noviembre de 2012



RAFTING 
Definición:
El rafting es un deporte de equipo, donde todos los tripulantes de la balsa reman y 
orientan su peso de manera coordinada para recorrer los rápidos y mantenerse a flote. 
La cantidad de personas que sube a cada barca varía según su tamaño; un número estándar 
es de seis u ocho tripulantes. La dirección de los movimientos queda a cargo del guía, 
quien debe conocer al detalle cada parte del río y tener conocimientos de primeros 
auxilios. Según el número de pasajeros, el guía puede ubicarse en el centro de la balsa 
y orientarla por medio de dos remos largos, o bien puede hacerlo en la parte de adelante 
y de atrás de la embarcación.

Generalmente las salidas involucran más de una balsa; en esos casos, hay un jefe general 
que coordina los esfuerzos de todos los equipos.
En el rafting, los ríos se clasifican según su dificultad de 1 a 6 grados. El riesgo es 
de bajo a alto: en manos de un guía que conozca a la perfección el río, hasta un chico 
de seis años puede hacer un descenso sin problemas por un tramo tranquilo. El único 
requisito es saber nadar. Los amantes de las emociones fuertes suelen preferir el rafting 
extremo, que incrementa al máximo el riesgo de vuelco a raíz de la caída del torrente de 
agua, de su caudal, bravura y peligrosidad. 

Equipamiento:
-Balsa o raft
-Remos
-Casco
-Chaleco
-Calzado
Donde practicarlo: Por sus espectaculares caídas destacan los Pirineos y por lo apropiado del clima, en especial en el norte de la provincia de Lérida, por la zona de Sort y junto al río Noguera Pallaresa. También en diversas zonas de Huesca, como el río Gállego o el Cinca o en la comarca del Sobrarbe (Huesca), los dos entornos más concurridos están ubicados en el río Cinca, entre Laspuña y Ainsa, y en el río Ara, entre Torla y Broto. Además, el alto Ebro en Cantabria y el río Miño en Galicia son también muy apropiados para poder practicarlo.




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